3 Sorprendentes diferencias entre ser un emprendedor y un empleado

Equipo Tracer

    

¿Por qué algunas personas deciden emprender sus negocios, alcanzar sus sueños, ser independientes y hacer lo que les gusta?

¿Por qué otras personas prefieren no arriesgarse y trabajar para alguien más?

Hoy te vamos a enseñar de manera sencilla las 3 sorprendentes diferencias entre ser un emprendedor y un empleado.

Aclaremos que todos somos trabajadores: tanto emprendedores como empleados.  Sin embargo, existen distinciones importantes que nos pueden ayudar a diferenciar el uno del otro.

No significa que porque tenga una empresa ya sea un emprendedor, o porque trabaje en un negocio de venta de tacos sea un empleado más.  No.  ¡Claro que no!    Todo se centra en nuestra mentalidad, actitud, compromiso, responsabilidad y sacrificio. 

Si actualmente le trabajas a alguien más, pero tu forma de hacerlo demuestra que eres un emprendedor (como aprenderás a continuación en este post), no te preocupes, estas en el proceso y llegará el día que ese potencial se refleje.   Pero, si eres dueño de un negocio y sigues pensando como empleado que toda la responsabilidad del éxito de tu empresa está en manos de quienes contratas sin hacer nada más que cobrar y pagarle a tus trabajadores, déjame decirte que no vas por buen camino.

Según Keith Cameron Smit, empresario, coach y autor de libros como “El espíritu millonario”, “Las diez principales diferencias entre los millonarios y la clase media”, asegura en su publicación “Las 10 diferencias entre empleados y emprendedores” que no hay otra manera de conseguir lo que uno más quiere, que trabajar en ello.

Y es precisamente de lo que hablaremos en este post.  Destacaremos las 3 diferencias más importantes que encontramos pertinente compartir.

La primera de ella tiene que ver con el fracaso. Muchas veces cuando escuchamos esta palabra se nos viene a a la mente cosas malas, algo negativo, una acción que no tuvo éxito como esperábamos, un motivo para desistir. Lo cierto es que se aprende más de los errores que de los aciertos. 

La forma como un emprendedor afronta el fracaso es como un aprendizaje.  Una retroalimentación que le ayudará aprender cómo mejorar su estrategia, plan  de acción, su campaña, etc., y le aportará al crecimiento de su sueño.

Por otro lado el empleado mira el fracaso como algo trágico y malo, que no vale la pena recordar.  Es más para él una experiencia negativa que pudiera hacer que no se arriesgue a intentar hacer cosas nuevas en el futuro, e irse por lo que ellos llaman "lo seguro".  Lo que no lleva en sí "el peligro de fracasar".

Un ejemplo es Michaell Jordan.  Sus entrenadores le decían de joven que “no tenía el talento suficiente”   Jordan decidió enfocarse y entrenar más y más, y hoy es considerado el mejor el jugador de la historia de la NBA.

Otro aspecto diferenciador entre un emprendedor y un empleado es su perspectiva y claridad de rumbo

Es fácil mirar hacia atrás y pensar: “hicimos bien aquello la otra vez que ...”;  “si se hiciera como antes que...”;  “es que siempre se ha hecho así desde...”.   Pensar en perspectiva hacia el pasado, pensando en pretérito sin visión del futuro.   Este pensamiento se refleja en falta de compromiso de hacer algo extraordinario cada día.

El emprendedor mira hacia el futuro.  Se traza metas con planes para alcanzarlos, se traza una ruta por la cual transita día a día y que lo conduce hacía su anhelado objetivo.  Es alguien que elige a dónde quiere ir, es consistente y perseverante, y trabaja arduamente para lograrlo.  Es un incansable trabajador por decirlo así.  Pónganle trabajo duro a la historia.

Por último, y no menos relevante, un emprendedor busca soluciones y no pone excusas.  Es un investigador.   Un agente encubierto que busca unir todos los cabos de su investigación y que da soluciones permanentes y certeras.    El empleado por su lado resuelve problemas, no se complica con el hecho de "pensar" qué sucedió, sino que busca resolverlo rápidamente. 

Por un lado uno da soluciones y por el otro, se aplican esas soluciones. Es fácil si alguien te dice: hay que cambiar esto o aquello, que ser quien propone los cambios. El trabajo difícil es del detective, no el del policía común. Un atrapa al ladrón, el otro lo investiga. 

Aprender de los errores.  Tener perspectiva.   Buscar la forma de hacer mejor las cosas, investigar el continuo desarrollo.   Seguro habrá otras actitudes que pudiéramos comentar, pero una de ellas es trabajo duro.   Aquí venimos por muchas razones, cada quien debe encontrar sus propósitos.   Pero nada se logra sin trabajo duro.   

 

 


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