La naciente realidad de la agricultura vertical urbana en México

Equipo Tracer

Huerto urbano
    

La agricultura vertical urbana empieza a nacer como un nuevo “sector” en paralelo, o integrado al sector agroalimentario en México. Actualmente existen en el país, algunos emprendimientos de micro y pequeñas empresas que están invirtiendo y adaptando lo último en tecnología existente y ya disponible en el mercado, a proyectos financieramente viables a partir de la alta productividad que, año con año aumenta y se genera en este sector gracias a los avances tecnológicos y al conocimiento generado continuamente que, en su mayoría proviene de países desarrollados, como Países Bajos, Estados Unidos, Israel, Japón, Canadá, y China, principalmente.

En pocas palabras, la tecnología alrededor de la agricultura vertical ha estado en permanente evolución desde las primeras empresas que empezaron a llevar hortalizas a las estanterías de los supermercados en Estados Unidos, como ejemplo, empresas como Plenty®, fundada en 2014 con una inversión de capital privado de más de $620 millones de dólares, puede ser considerada la primera empresa formal conceptualizada con visión de agricultura vertical al 100% desde su inicio  y que invirtió la mayoría de este capital en crear y desarrollar nueva tecnología y conocimiento que no existía al momento de su fundación.

Gracias a los recursos disponibles de capitales semilla y de riesgo (venture capital), y al área geográfica donde nace Plenty®, en la ciudad de San Francisco, CA., y bajo la influencia de su vecino, Silicon Valley,  sede de muchas compañías emergentes y globales de tecnología a nivel mundial, la empresa ha podido, durante estos últimos 8 años desarrollarse, inventar y adaptar tecnología al sector y permitirse seguir siendo una empresa privada, que gracias a inyecciones de capital de diferentes fondos de inversión (la última en enero de este año) ha podido, sin dar dividendos a la fecha, estar valuada en $1.2 Billones de dólares*.

La tecnología de punta, desarrollada y optimizada continuamente ha llevado al sector de la agricultura vertical, a cada año, ser más rentable que el anterior. El uso eficiente del agua, que comparada con cultivos a cielo abierto, puede representar ahorros del 90% o más de este cada vez más escaso recurso, la cantidad correcta de nutrientes para la hidroponía, la correcta conductividad del agua, la cantidad de luz diaria integral (DLI), dada por las cada vez más eficientes lámparas LED, el clima controlado y el balance correcto de CO2 al interior de las granjas verticales, ahora junto con la robótica y la inteligencia artificial, han vuelto, no sólo de Plenty®, sino también a otras empresas de este sector, en empresas cada vez más atractivas financieramente y con un futuro, también, cada vez más rentable, del que ya es actualmente.

Es de resaltar que apenas este pasado miércoles 14 de septiembre, Plenty Unimited Inc., anunció que construirá el campus agrícola vertical cubierto más grande del mundo en 120 acres (48.5 hectáreas) cerca de Richmond, Virginia. Esta instalación se hará con una inversión de más de $300 millones de dólares y producirá múltiples cultivos, incluidos vegetales de hojas verdes y tomates, comenzando con una granja de fresas en el invierno de 2023-2024. La compañía mencionó también, que esta nueva granja de agricultura vertical producirá hasta 20 millones de libras (9,000 toneladas) de productos anualmente, y que creará 300 nuevos empleos.

En México existen ya, pequeñas empresas en marcha que empiezan a dar resultados prometedores, también después de por lo menos 5 años de investigación y desarrollo en este nuevo sector de la agricultura vertical.

Las empresas son pocas, pero empiezan a generar interés de fondos de capitales semilla y de riesgo, para apoyar a los pioneros, que generalmente son emprendedores, que no cuentan con acceso a los recursos financieros, como los tienen, emprendedores de pequeños o grandes proyectos en países desarrollados.

Hay que tener en cuenta que una de las principales desventajas para las micro, pequeñas y medianas empresas, que incursionan en este sector, es el alto nivel de inversión inicial que requiere una construcción con la infraestructura y tecnología adecuada para lograr la eficiente productividad y por lo mismo, los resultados financieros proyectados. Es primordial también tomar en cuenta el gasto de energía que los sistemas consumen las 24 horas del día, los 365 días del año. Un correcto diagnóstico de un arreglo de agricultura vertical ya sea dentro de un contenedor marítimo tipo reefer de 40 pies cúbicos, hasta un campus como el que construirá Plenty® de más de 48 hectáreas, es la variable dentro de la ecuación de costos directos más importante a considerar. La ventaja es que, según la localización y el tamaño de cada proyecto de agricultura vertical, se pude considerar una inversión en paralelo de generación de electricidad utilizando paneles solares, lo que puede reducir sustancialmente la factura de la electricidad, que dicho sea de paso, en México “sólo tenemos de una sopa”.

Otra de las desventajas, es que aún no se cuenta con especialistas en agricultura vertical y/o protegida (indoor), en las universidades con carreras en agronomía y/o relacionadas con el sector alimentario, existe entonces, la urgencia de crear y/o agregar, lo antes posible, nuevos planes de estudio en las mismas, con el objetivo de desarrollar “growers”, como se les conoce a los técnicos, o ingenieros, con los conocimientos adecuados para el desarrollo de granjas de agricultura vertical o agricultura protegida en interiores.

Las ventajas, creo que ya todos las tenemos claras: el llevar algunas frutas y hortalizas, en su mayoría de hoja verde (que son las que mejor rendimiento dan dentro de estos sistemas) prácticamente de la “granja a la mesa”, orgánicas, de alto valor nutrimental, sabor, calidad, apariencia, libres de pesticidas; y gracias a las economías de escala logradas, a precios muy competitivos y ahorrando sustancialmente en fletes; están despertando el interés de los inversionistas con una visión compartida a la de los emprendedores del sector, no sólo por los buenos rendimientos financieros, sino también por las sustentabilidad a largo plazo de su inversión, ya que se minimizan prácticamente a cero, los riesgos por el Calentamiento Global (que cada vez afecta más a la agricultura convencional) y porque además, la agricultura vertical, será un protagonista clave, de la seguridad alimentaria de los países que adopten a este sector formalmente con un enfoque sistémico: iniciativa privada, gobierno, fondos de inversión e instituciones educativas.

 

Por: Rigoberto Soto para Tracer México

 

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