Recientemente Musk anunció el chip en la cabeza, se llama “Telepatía”, “Telepathy” o “Telepaty”… ya ni sabemos; tantos nombres nos ponen, tantas marcas, tantos logos, tantas bolsas, tantas cosas. A veces sólo se precisa acogerse a un rinconcito, tomar fuerza y respirar, que las ideas se suceden y el ánimo de ejecutarlas siempre. En fin. Telepathy se llama. Él, acostumbrado a poner nombres llamativos, ya con Tesla, agarró el apellido de un genio balcánico. Veremos si prende. Me sorprendería si ese nombre no se queda. Es tan bueno.
La telepatía es una fuerza que persiste: probablemente todos nosotros tenemos alguna memoria adolescente imaginando pasar a alguien un pensamiento por el aire, como si fuera una onda invisible que va de aquí para allá con el golpe de una concentración. Esa cualidad y la de hacerse invisible eran las más recurridas. Ambas suenan difíciles, pero al parecer el chip de Musk de una forma terminará interpretando las señales de un lote de neuronas, comunicando al ciberespacio lo que corresponda. Caray, la revolución del IA está llamada a convertirse en el mayor acelerador de progreso de la historia.
Se dice que la próxima década de los 30’s estará marcada por una gran
ola de nuevas y poderosas innovaciones de rápida proliferación.
¿En dónde estaremos nosotros? ¿Qué papel en la historia jugaremos?
Chéquense este artículo del NYTimes.
